Cuando estoy de bajón necesito algo de alegría y romanticismo, llenarme la cabeza con historias irreales y fantásticas para evadirme de la realidad.
Cuando estoy de muy buen humor o en una época muy buena, puedo ver o leer cualquier cosa, creo que aguanto mejor cualquier cosa y lo interpreto todo de otra manera que cuando estoy en estado tristón del todo.
Yo sigo sin entender porque, pero disfruto con los dramones, será porque son los que mas me llegan y mas consiguen que me meta de lleno en el manga/anime/dorama. El año pasado pasé muy malas épocas y sin embargo continuaba viendo dramones, lógicamente lloraba mas de lo normal, me angustiaba y me dolía. Mientras que si veo un dramón estando bien y feliz, las lágrimas son cálidas, son de comprensión, mientras que las otras lágrimas son (auto-mutilación)...si...soy masoca ¬¬. Supongo que ya me entendéis...
A veces, sin estar bien ni mal, necesito mucha dosis de humor absurdo, el humor me relaja un montón y si es absurdo puedo llorar de risa varias veces.
Las historias románticas (sin llegar a ser empalagosas) me dan paz, me hacen recordar a una binilla de 15 años, enamorada, desenamorada, sufridora por tonterías, traicionada por amigas, conociendo a mucha gente...con los mangas/animes/doramas de instituto me dejo llevar y regreso a mi adolescencia...me encanta.
Para que luego digan cosas malas de esta afición...ignorantes, la grandeza de nuestra afición es poder adentrarnos en nuestro propio mundo interior y sentir al leer un manga mucha tristeza, al ver un anime reírte a carcajada limpia o morirte de miedo con un dorama japonés. Me alegro de tener este hobbie ^_^.
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